lunes, 24 de enero de 2011

Labels

Antes había mencionado que no me gustaba tener blogs porque entre más gente supiera que me leía, más sentía que me iban a juzgar. Mis gustos, mis pasatiempos, mi personalidad. Todo aquello que me define y aquellas cosas que los demás ven que son parte de mi y lo identifican conmigo.

¿Pero realmente me define? Aunque mis gustos cambien constantemente, ¿Tiene siempre la gente que ponernos en cajitas separadas, formadas la mayoría del tiempo por estereotipos?

ODIO las etiquetas.

Las odio. ¿Como pueden 4, 5 etiquetas o estereotipos definir a una persona?

En mi mente se debe a que la persona que pone la etiqueta siente que los demás deben ser igualmente simples y superficiales como ellos lo son. Eso o hay casos aparte que se ven comunmente por ahí en las que una persona ha sido etiquetada muchas veces al mismo tiempo que les han pasado por encima y los han hecho sentir mal, y relacionan el etiquetar a los demás con una manera de ser o de sentirse superiores a ellos.

NO HAY MANERA de que una persona pueda ser un, dos, tres adjetivos. La mayoría de las personas son en extremo profundas y complicadas, cambian constantemente, siempre aprendiendo y curioseando. Entiendo que haya gente más superficial o personas que de verdad parecen (o a veces hasta disfrutan) ser esterotipos andantes, pero no por eso podemos andar por la vida etiquetando la frente de todos aquellos a los que conocemos.

Mis hobbies no me definen. El haber encontrado las comiquitas japonesas cuando estaba más chiquita, y que eso me haya llevado a investigar más sobre la animación, la creación de historias y hasta el mismo país no significa que quiera operarme los ojos, siquiera vivir en el mismo sitio que ellos. El tiempo me ha hecho enamorarme de sus tradiciones milenarias y a veces extrañas, y encontré mi verdadera pasión gracias a ellos. Moriría por recorrer todo su país, sumergirme en lo exótico y diferente y aprender cada día más acerca de ellos. También amaría hacerlo en Italia, probar toda su comida, bañarme en las fuentes y vivir entre todo el arte mientras aprendo su hermoso idioma, pero por eso nadie me dice "Italomaníaca" o "Wannaitabe". No viviría en ninguno de los dos paises, si me lo preguntan.

No por reunirme con mis amigas una vez a la semana a comer chucherias, pintarnos las uñas, ver peliculas, beber una copa y hablar de hombres soy una "sifrina retardada y superficial". O porque estudio en la Metropolitana, y me gusta comprarme ropa soy una "Metropava". Simplemente disfruto de sentirme una niña con mis mejores amigas (exceptuando el alcohol) mientras nos desahogamos y hacemos algo que a todas nos gusta por igual.

No porque soy una persona que se enferma fácilmente y está tan harta de sentirse mal y acostumbrada a estar enferma, tanto que carga siempre algo para estar preparada, soy una hipocondríaca adicta a las pastillas y/o a la atención.

No porque no me acuesto con cada tipo que se me atraviesa soy una monja, o una santa, o una reprimida.

No porque me encantan los thrillers, los detectives, asesinatos extraños y asesinos en serie soy una sociopata o una bomba de tiempo.

No necesito probar nada. Me ha tomado mucho tiempo llegar a conocerme, me atrevo a decir que jamás llegaré a hacerlo por completo, cada vez que creo hacerlo, me doy cuenta de que he vuelto a cambiar. Pero me niego a que las demás personas me pongan una etiqueta y decidan que así es como debo ser porque es más fácil que tomarse el tiempo de conocerme.

Me choca. Porque es muy difícil que alguien me caiga realmente mal. Me gusta la gente, la gente buena, como a todo el mundo, pero estoy cansada de que como los demás me ven soriendo todo el tiempo, riendome a carcajadas sin importarme quien esté escuchando, dibujando monos chinos en un papel, saltando, bailando o haciendo el ridículo, decidan que soy esto o aquello y se pierdan de la oportunidad de hacer una buena amiga.

La pérdida no es mía, por supuesto, porque amigos no me faltan y los que tengo son lo mejor que pude conseguir, y nadie necesita en sus vidas a una persona superficial y prejuiciosa; pero de alguna manera situaciones así siguen dejandome una sensación de pérdida adentro.

En fín, en realidad iba a hablar de algo y terminé discutiendo algo totalmente distinto, tendré que dejarlo para la siguiente entrada.

En conclusión, me molesta que me juzguen, me da miedo, me da rabia, pero voy a hacer todo lo posible para escribir aquí para mí. Para nadie más que para mí, voy a respirar profundo y a seguir escribiendo, para y por mí, porque es mi blog y tengo que aprender a no hacerle caso a lo que los demás piensan de mí.

Eso si es algo que definitivamente quiero cambiar.

1 comentario: